Una boda muy vintage en un antiguo castillo

En la casa de Campo de Madrid está situado el Palacio de la Misión, un singular edificio en forma de castillo ideal para todo tipo de celebraciones y con diversidad de platos inspirados en la cocina tradicional.

Ubicado en el antiguo pabellón de Cáceres, las instalaciones están decoradas como un antiguo palacete de esta ciudad de Extremadura. Esta fue la opción por la que se decantaron Noelia y Javier, nuestros novios, haciendo de este día una boda vintage y nada convencional.

Noelia, la novia, deslumbró con un traje de los que no estamos acostumbrados a ver. Esta eligió un conjunto de dos piezas, de la firma INLOVE Atelier, compuesto por blusa y falda larga.

La blusa era de manga bombacha en un tono blanco roto y con unos pequeños volantes en la parte frontal, mientras que la falda con una leve cola y unas finas líneas horizontales a lo largo de toda esta destacó por tener un estilo añejo debido a su color grisáceo, cuyo color combinó a la perfección con el traje del novio.

Este escogió un esmoquin en tono gris, con camisa blanca y detalles como los zapatos, botones y corbata en negro. De la reconocida firma de trajes de novios Protocolo.

Cabe hacer hincapié en el maquillaje de la novia, porque resaltó por ser un ahumado negro mientras que los labios, con un poco de brillo, quedaron muy naturales haciendo que se centrara toda la atención en sus ojos.

En cuanto al peinado de Noelia, constaba de un recogido bajo en forma de nudos que previamente había sido ondulado para dotarlo de volumen y dejar así unas pequeñas ondas a ambos lados de la cara

Tanto del peinado, como del maquillaje y el vestido de la novia, el atelier encargado fue INLOVE.

Estos preparativos previos a la ceremonia se llevaron a cabo mientras que la novia usaba un camisón muy atípico también de la misma firma, con un escote en V unido por dos franjas horizontales y unas mangas largas que dejaban al descubierto sus hombros.

Pero, ¿sabéis donde también marcaron distinción estos novios? Efectivamente, en el ramo de flores. Los tallos del mismo estaban sujetos por unas largas cintas, a conjunto con los trajes de los novios, en tonos grises, blancos y negros.

Las flores constaban de grandes rosas blancas y otras más pequeñas en un tono más amarillento además de unas grandes peonías en rosa claro, todas ellas acompañadas de unas pequeñas hojas verdes.

Pero espera, aún hay más, en el propio ramo también estaban incluidas varias plumas que lo hacían aún más diferente. De este impecable resultado se encargó L’ atelier de las flores.

En cuanto a las invitaciones de boda, con una letra cursiva, papeles envejecidos y sobres grisáceos, seguían la misma línea antigua al igual que el anillo de compromiso, con una gran perla central y pequeñas piedras complementarias y decorativas a modo de flores.

De la puesta en marcha de esta boda la encargada fue la Wedding Planner Natalia Ortiz, mientras que de la fotografía Kseniya Bunets fue la que capturó estas supremas fotos.

Unos novios distintos y característicos que dotaron el día de su boda de mucha personalidad y estilo sin salirse de la clase y la elegancia que aporta la antigüedad.

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